Huyendo de todos y de todo, Huskie por fin encontró un lugar desde donde hablar a salvo. Desde el anonimato... Desde MI Anonimato.

martes, 2 de diciembre de 2008

Huracán.

Éste mes se cumplen 45 años de la pelea que lo lanzó a la fama.

Sin embargo, Rubin "Huracán" Carter fue condenado por un crimen que nunca cometió y se pasó 20 años de su vida en la cárcel. Basta recordar 'Huracán', la película protagonizada por Denzel Washington, para enterarse de qué ocurrió.

Una noche, en un bar de Nueva Jersey, un triple asesinato sacudió el lugar. Todo terminó en una escena terrible. Alfred Bello, que estaba robando en la escena del crimen, afirmó haber sido testigo de lo ocurrido. Patty Valentine, la camarera, tampoco vio nada, pero 'compró' la versión de Bello: dos hombres de raza negra habían disparado y acababan de huír. Llamaron a la policía y Rubin Carter, candidato al título mundial de los pesos medios, y un amigo eran acusados del crimen.

Tras un juicio más que cuestionable, 'Huracán' fue a la cárcel. Acababa de ganar al ex y futuro campeón del Mundo del peso medio Emile Griffith (pelea de la que ahora se cumple 45 años) y al futuro campeón mundial del pesado Jimmy Ellis. Su pegada era legendaria. Pero su carrera se apagó cuando entró en la cárcel, y pasó de ser un deportista a un icono en la lucha por los derechos sociales.

Manifestaciones por todo el país, con la canción de Dylan "Hurricane" convertida en himno, y la pelea de Carter no sirvieron de nada. Hasta 1985 no fue liberado. El juez de Nueva Jersey que lo liberaba declaraba en la sentencia que la condena de carter "estaba basada más en el racismo que en la razón".

Carter salió de la cárcel y desde entonces dedica su vida a combatir las injusticias que él vivió. Hasta 2005 presidió la Asociación para la Defensa de los Condenados Injustamente (ADWC, siglas en inglés) y hoy da charlas por todo el mundo. "Sigue luchando, da igual cuál sea el obstáculo, porque la vida es una carrera de obstáculos que tienes que correr", declaraba recientemente en una charla. "El odio me llevó a la cárcel, pero el amor me sacó de ella", decía.


Suenan disparos en el bar por la noche
Entra Patty Valentine y desde la entrada de arriba
Ve al camarero en un charco de sangre
Grita: “¡Dios mío, los han matado a todos!”

Esta es la historia del Huracán
El hombre al que las autoridades culparon de algo que no había hecho
Lo pusieron en una celda
Pero podría haber sido
El campeón del mundo.

Tres cuerpos están allí donde Patty los vio
Y otro hombre, llamado Bello, merodeando por la zona misteriosamente
“No lo hice”, dice, y levanta sus manos
Estaba sólo robando en la caja, espero que me entiendas
“Yo los vi marchar”, dice, y se calla.
“Uno de nosotros debería llamar a la policía”
Patty los llama
Y llegan a la escena del crimen con sus luces rojas
En la cálida noche de New Jersey

Mientras tanto, lejos, al otro lado de la ciudad
Rubin Carter y dos amigos daban una vuelta en coche por allí
El favorito número uno de los pesos medios de boxeo
No tiene ni idea de la mierda que le está a punto de caer encima.
Cuando un policía los detiene y les manda parar en la cuneta
Igual que la vez anterior, y la anterior, y la anterior.
En Patterson es como funcionan las cosas
Si eres negro, mejor no salgas a la calle
A no ser que quieras que tu madre lo lamente.

Alfred Bello tenía un compañero, y tenía una denuncia que dar a la policía
Él y Arthur Dexter Bradley estaban merodeando por la zona
“Ví a dos hombres correr”, dijo. “Dos tipos de peso medio”
“Subieron a un coche blanco, con matrícula de fuera del estado”
Y la señorita Patty Valentine asintió con la cabeza
El policía les dice: “Esperar un momento chicos, éste no está muerto”
Así que lo levantaron y lo llevaron al hospital
Y aunque a éste hombre le costaba ver bien
Le preguntaron si podía identificar a los asesinos

Las cuatro de la mañana, y llevan a Rubin
A presentarse en el hospital
El hombre herido le mira a través del único ojo bueno que le queda
Y dice: “¿Pero que me traeis aquí? ¡Este no es el hombre!”

Sí, ésta es la historia del Huracán
El hombre al que las autoridades culparon de algo que no había hecho
Lo pusieron en una celda
Pero podría haber sido
El campeón del mundo.
Cuatro meses más tarde, los guetos están que arden
Rubin está en Sudamérica, luchando por su nombre
Mientras Arthur Dexter Bradley, todavía metido en el caso del atraco
Está siendo presionado por la policía, que busca a alguien a quien culpar
“¿Recuerdas aquel asesinato en el bar?”
“¿Recuerdas que dijiste que habías visto escapar un coche?”
“¿Crees que puedes jugar con la ley?”
“¿No crees que fue aquel boxeador al que viste correr aquella noche?”
“Recuerda que eres blanco”

Arthur Dexter Bradley dijo que no estaba seguro
“Un pobre chico como tu nos puede ayudar mucho”, le dice la policía
“Te tenemos pillado por el trabajito del motel, y podemos hablar con tu amigo Bello”
“Venga, no tienes porqué ir a la cárcel. Sé un buen chico”
“Le harás un favor a la sociedad”
“Ese hijo de puta es un rebelde, y cada día se vuelve más”
“Queremos poner su culo en la cárcel”
“Le culparemos del triple asesinato”
“No es el Caballero Jim, precisamente”

Rubin podía cargarse a un tío de un solo golpe
Pero nunca hacía más que eso
“Es mi trabajo”, dice, “y lo hago por dinero”
“y una vez acabado, acabado está”
Era un paraíso
Donde las truchas campaban a sus anchas, y el aire era puro
Cabalgando a caballo a lo largo del camino
Pero lo cogieron y lo pusieron en la cárcel
Donde convierten a todo hombre en un ratón

Todas las cartas de Rubin estaban marcadas de antemano
El juicio fue una farsa, nunca tuvo oportunidad alguna
El juez convirtió a los testigos de Rubin en borrachos de los barrios bajos
Para los chicos blancos que lo vieron, no era más que un vagabundo revolucionario
Para la gente negra el era sólo un negro loco
Nadie dudó que el había apretado el gatillo
Y aunque no tenían pistola para probarlo
La policía aseguró que él había sido el culpable
Y el jurado de blancos estuvo de acuerdo

Rubin Carter fue injustamente acusado
El crimen fue número uno, ¿adivinas quién testificó?
Bello y Bradley mintieron
Y los periódicos relataron la farsa como verídica
¿Cómo puede la vida de un hombre
estar en la palma de la mano de unos idiotas?

Ver cómo le metieron en esa encerrona
No podrá ayudarle en nada, pero me avergüenzo de vivir
En un país donde la justicia es un juego.
Ahora los verdaderos criminales, con sus trajes y corbatas
Son libres para beber martinis y ver salir el sol,
Mientras Rubin se sienta como Buda en una celda
De diez pies de largo.
Un hombre inocente, viviendo en un infierno.

Esta es la historia del Huracán,
Pero no acabará hasta que alguien limpie su nombre
Y le devuelvan el tiempo que le robaron.

Lo pusieron en una celda,
pero podría haber sido

El campeón del mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Holas...que sepas que me lo lei entero...solo que no vi el video... :)Y me parece mal que ayer no quisieras hacernos un breve resumen, que te costaba?
cuidate, besos

Sara :)

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